
A veces la vida te da una oportunidad.
Te sumerge en tus propias pesadillas. Te pasea por tu particular averno y te descubre las emociones que escondías en tus más remotos paisajes internos. No te sorprende después de todo. Sabías que estaban ahí. Esperando el momento oportuno para iniciar el proceso.
Un tiempo para la reflexión, para la transformación, para darme el lujo de sentir el dolor amargo de la valentía yerma de conocerme.
Un período necesario para la evolución.
No se cuanto tiempo pasará hasta que pueda comprender.
Cada batalla deja en mi las huellas de la lucha sangrienta cara a cara con tu sombra. Una sombra negra y alargada que me deja huérfana de luz y sosiego.
Quizás moriré en el enfrentamiento y dejaré esta existencia en la guerra contra ti, pero no dejaré de luchar.
Nunca.
Roser
No hay comentarios:
Publicar un comentario